Tu recuerdo en mi jardín. Por Isidro R. Ayestarán

A mi amiga Gema Soldevilla, que anoche me miró a los ojos para decirme que me echa de menos.

Voy a esculpir en este bloque de madera tu recuerdo; a tallar tu aroma y tus besos en una sola pieza; a significar en imagen lo que no te dije y lo que tú expresaste; a transmitir tu portazo de abandono; a silenciar tu despedida dando expresión a mi figura; a recalcar en arte la inquietud de mi soledad… Destruir la evocación de tu añoranza al crear mi nueva obra, dedicada a quien en amar y ser amada hizo su horizonte y su meta.
El sendero de los cipreses será su ubicación; sí, lo tengo decidido; situaré mi estatua en el centro de mi jardín; en escorzo, tu mirada intentará buscarme, alejarse del paisaje que lo rodea para escapar de lo que tú aniquilaste…
Te transformaré en arte, en estatua de recuerdos y asechanzas, en el centro de mis pensamientos, en la búsqueda perpetua de inspiración para mis nuevos encargos. Tú me hiciste artista, me creaste autora de mil títulos que recreábamos en la aurora de nuestra historia de amor… Y ahora que el crepúsculo prostituyó todo aquello que iniciamos juntos, sola, amordazada por tu recuerdo, tallo tu nombre en un ángel triste que intenta mirar a unos ojos vendados, a un corazón sin latidos, a unas manos silenciosas que trabajan la madera en cada pensamiento, en cada recuerdo, en cada momento, en cada abrazo…
Tu recuerdo en mi jardín; tu persona en un catálogo; nuestra historia de amor, como motivo de inspiración… Y como trasfondo a todo, una escultora que creó su historia de amor rota recreándola en estatua silente que pronuncia, en forma de viento a través de los árboles de mi jardín, nuestro nombre, nuestra historia, nuestro inicio de la mano en una aventura loca entre su amor… y su creadora.


© Isidro R. Ayestarán, 2007
www.isidrorayestaran.blogspot.com – NOCTURNOS

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