Microtextos a concurso en el Premio Especial 2009
Como cada ocho de abril, acudió puntual, vestido con su traje, impecable, recién afeitado y oliendo a “Varón Dandy”. Le acomodó en su mesa habitual, en una esquina junto a la ventana, y sirvió las dos copas de champán, detalle de la casa. Como cada año, encargó Vichyssoise y Lenguado Merniere para dos, así como una botella de Verdejo. Tal como había hecho los últimos cuatro años, sirvió la cena en dos platos y, cuando él terminaba el suyo, recogía el otro intacto. Desde que se hizo cargo del restaurante, veintidós años atrás, les había atendido, gustoso, el día de su aniversario. Por eso entendía a la perfección que él no pudiese faltar a su cita.
Ana Doris
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