He visto que has dejado un bucle de azúcar en el cuaderno de la niña tonta. Yo también quería uno, y que me llevaras de la mano, y que me regalaras nubes con cuerda que vuelan como las cometas; pero nunca lo hiciste. Entonces, me dediqué a tirar piedras al río (para entretenerme, para desprender los tormentos de la memoria) y me hice una experta; soy la que describe las mejores piruetas haciendo rebotar las piedras sobre el agua.
Ahora, ya no te necesito. Te puedes quedar con la niña tonta; y seguir recortando nubes de algodón empalagoso para ella. Ya sólo eres un punto negro en mi memoria. Un punto que voy a sacar frente al espejo, estrujando fuerte, como se hace con las espinillas. Luego, pondré un poco de agua oxigenada y me iré a buscar lagartijas; al menos, ellas no se enredan en los lazos de las niñas tontas.
Mercedes Martín Alfaya
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Hola Mercedes.
Considero que una escritora que hace relatos tan buenos deber
Hola, Mar