El zumo del juego. Por Betty Badaui

Fenia, vino Adelón. Comimos, bebimos, nos bañamos, hicimos el amor…

Y tengo deseos de llorar.

¿Recuerdas, Fenia?, nos disputábamos sus cerezas, hicimos un pacto…, y te gané, Fenia. Al menos, eso creímos.

Adelón hacía escala en tus ojos de fuego, con ellos marcaste su cuerpo que fulguraba de placer; yo también era de fuego, hermana, buscaba los frutos del bosque y los ordenaba primorosamente para levantar castillos jugosos, palpitantes; con verdes pisos y maduras ventanas.

¡Cuántos castillos pisoteé mientras contemplaba, furiosa, cómo chorreaban los jugos azules, granates, naranjas, verdes…

Me acostaba ardorosa sobre los ácidos o dulces zumos mientras tú, mi hermana, recostabas tu piel en el bosque y consumías en el fuego de los placeres a Adelón.

Cayeron muchos frutos y brotaron otros tantos en el bosque hasta el instante en que, Adelón, con sus pies descalzos, también quiso pisar uno de mis castillos.

Y te gané hermana. Al menos, eso creímos…

Fenia, vino Adelón, hicimos el amor y percibí, en cada estremecimiento de su cuerpo, la marca de fuego de tus ojos.

Tengo deseos de llorar, Fenia, mientras arranco los frutos del bosque para armar el castillo más jugoso que nadie haya osado mirar.

En él harás el amor con Adelón y con tus ojos de fuego marcarás su placer para que ninguna otra se atreva, hermana, a disputártelo.

BETTY BADAUI
Rosario-Argentina
BLOG de la autora

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2 comentarios

  1. Me resulta grato tener mis trabajos alojados en Canal-Literatura por la variedad disponible para los lectores.
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  2. Otro para ti Betty, es un lujo poder leerte aqu

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