-Pasemos de nuevo al romanticismo, -me dijo él cogiéndome la mano y apretándola con sus falanges.-
-¿Al romanticismo de Espronceda o al de mi boca? –le respondí traviesa.
Y él, revolviéndome el pelo como a una niña, me contestó sonriendo:
-Al de tus dedos…
Y fue cuando yo le recité este poema (escrito por mis dedos) que me pidieron para un libro homenaje a Luis Eduardo Aute.
A Luis Eduardo Aute, por mancharme de emoción.
De alguna manera
tendré que olvidarte,
por mucho que quiera
no es fácil, ya sabes…
LUIS EDUARDO AUTE
Con las uñas.
Necesitaré miles
de zarpazos
para borrar
tu sonrisa
de mis ojos.
Con los dientes.
Morderé tu
voz de
leche templada
para
desintegrarla y
convertirla
en polvo
(o mejor en
vinagre,
que cura
las heridas).
Y con mi tiempo.
Arrasaré todas
esas horas
que paso
dentro de ti,
imaginando
cómo te instalo
mi casa,
mi alfombra,
mis dedos…
Ya ves,
mi amor,
no sé
cómo olvidar
ese beso
húmedo
que nunca
me diste
y que
(lo siento,
ya no hay remedio)
no me
voy a
morir
sin
él.
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azucar»
Blog de la autora
Para cortar la respiraci
Iben: gracias por tu respiraci