Aproximación. Por Maribel Romero Soler

Veo encenderse la luz y todos mis sentidos se ponen en alerta. Se aproxima tanto a ti que adivino sus labios en tu cuello y presiento las dos respiraciones jadeantes. Sus manos hábiles se pierden bajo la ropa, y tú las rescatas de su escondite para posarlas en tu pecho. Comienza a desabrochar tu blusa y besa con suavidad cada espacio de piel que va quedando libre, hasta que se detiene en el ombligo. Y se recrea. Más tarde la prenda cae al suelo y con ella la falda de raso que tú misma has soltado de su cierre. Hoy la ropa interior es blanca, casi colegial. Él la acaricia con un dedo, como si estudiara la calidad del tejido. Después te entregas a su boca y la luz se apaga. Entonces, una vez más, en mi cuarto del edificio de enfrente, me meto en la cama, y sueño que ese hombre que te lleva al éxtasis soy yo.


Maribel Romero Soler
Blog de la autora

Marcar el enlace permanente.

Comentarios cerrados.