Tristemente en mi memoria, los recuerdos reaparecen
Nuestro amor de juventud, añorado tantas veces
Ni el tiempo con su paso, lo calma, lo desvanece
Lo nuestro no pudo ser, como sucede a veces.
Por cosas del destino nos vimos casualmente
Ya mayores, con familia, nos encontramos de frente
Coincidencia de la vida que a veces no se entiende
Preguntamos, sin saber que éramos libres nuevamente.
La ilusión renació, de un amor guardado tanto tiempo
Compartirlo con los hijos, fue nuestro gran sentimiento
Cruelmente se opusieron, tratándonos de viejos.
El corazón de mi amada, no resistió el sufrimiento
Volvió a dejarme solo, ahora por tiempo eterno
Lloraré toda mi vida, por este gran sentimiento.
Mirtha Rodríguez