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Así como quien dice sin quererlo
tu corazón se confundió en el mío
… y un día de tantos empecé a saberlo,
y de ese modo como el dulce río
que se muere en el mar tan mansamente
yo di a morir también en tu vacío.
Digo, tal vez me enamoró tu frente
donde tu pelo inquieto derramaba
la rebelión de su caudal silente,
o acaso fue el perfume que extrañaba
de otras mujeres que mató el olvido
y sin querer en ti yo imaginaba.
Lo cierto es que mi pecho malherido
se desangró una noche en primavera
cuando advirtió que al fin te había perdido.
Y así aprendí: la estrella verdadera
factible es de ser arrebatada,
de no llegar con vida a la alborada
y convertirse en lumbre pasajera.
Como siempre tus versos se derraman en mi coraz
Como siempre, Marcelo me tengo que descubrir ante t