Cómo saber que piensas. Por Mirtha Rodríguez

  Como saber que piensas… si tu presencia, es siempre lejana. Como saber que piensas… si al hablarme, tomas distancia. Como saber que piensas… si tu mirada, me es siempre esquiva. Como saber que piensas… si quizás, aún me ves muy niña. Como saber que piensas… si demuestras, no darte cuenta de mi amor si cuando te hablo, debo decirte señor si siento que, tu también mueres de amor… si no logras animarte, si sientes mucho temor por el que dirán, por sentir este amor porque no logras olvidar… que soy tu alumna…y tú mi profesor. Mirtha Rodríguez Argentina Leer más

El alquimista impaciente. Por Maite Diloy (Brisne)

» Oye, hay quien lee libros peores-protesté-. Por ejemplo, todas esas novelas de vampiros. Y nadie les compadece» El alquimista impaciente fue ganadora del premio Nadal en el año 2000. Han pasado doce años desde entonces y es justo ahora cuando yo la descubro. Leí a Lorenzo Silva en su magnífico «Niños feroces» y decidí en ese momento volver a leerle. Así qu e me hice con un par de libros, «El alquimista impaciente» y «La flaqueza del bolchevique». Leer a Lorenzo Silva es siempre una gozada. En este libro nos mete de golpe y porrazo en una investigación criminal… Leer más

Más oscuro que la propia oscuridad. Por Fátima Ricón Silva

  El sonido de los truenos mecía su inquieto sueño que con el hondo crepitar de las sonoras gotas de vida acunaba una nueva tranquilidad.   Aspirar ese aire oscuro, lúgubre y ácido animaba su cuerpo inerte, que estaba tan muerto y árido que se hallaba frotando las manos la muerte.   Escondidos los sueños, ocultos tras la maleza, esperando alerta una señal, un ápice de esperanza para levantarse y comenzar a estirar de nuevo las piernas, a recuperar la conciencia, a unir la irrealidad invasora con la realidad defensora y vencer.   Volverás con música de truenos y fanfarrias…. Leer más

El chico más triste. Por María

Era el chico más triste del mundo. No era la suya una tristeza cualquiera, era esencial, profunda, firme. La tenía clavada a una memoria intemporal en el ADN que transportaba… Vivía solo en medio del barullo Corría por los acantilados entre el miedo y la esperanza Estudiaba asuntos de alta capacitación que no le interesaban nada Leía las «Noches blancas» y lloraba Rezaba a Nietzsche todas las noches Copiaba poemas de Cernuda y los lanzaba desde el balcón en forma de aviones Admiraba el vuelo libre de las gaviotas Lanzaba piedras al mar Envidiaba a los amantes que se besaban… Leer más

Nos atrapará el tiempo. Por Ana Muela Sopeña

  Nos atrapará el tiempo sumidos en la niebla, abrazados a nubes de papel. Subiremos a espacios siderales por escaleras giratorias, donde las horas blancas nos sumergirán en utopías. Intentaremos doblarnos en la desnudez de los crepúsculos como pájaros níveos al viento de poniente. Hablaremos el idioma de la risa metidos en los túneles oscuros y desde allí divisaremos carreteras de bruma. Aumentaremos la fe al contemplar horizontes en presagios, en el umbral de mundos sin marasmo, con otra calidez. Ana Muela Sopeña Blog de la autora Leer más

Trilogía del Imperio (edición coleccionista). De Isaac Asimov

El libro Entre las novelas de Robots y la serie de la Fundación se encuentra la Trilogía del Imperio: tres clásicas obras de Isaac Asimov donde se trazan los inicios de la expansión humana por la Galaxia hasta llegar al auge del Imperio Galáctico con capital en Trantor. En Polvo de estrellas, un ranchero de un mundo agrícola y la princesa de un sofisticado reino nebular deben unir sus fuerzas para tratar de encontrar el mundo rebelde que supone la última esperanza contra el tiránico imperio que los oprime. En Las corrientes del espacio, el descubrimiento de un espacioanalista pone… Leer más

Flor del aire. Por Mónica López Bordón

  Mírame y reconóceme flor del aire, bailemos otro vals en la medianoche. Se mueve el péndulo del reloj muy pausado, cuento el tiempo por el mar y por algún sueño acostado en las estrellas del viento. Vuelvo a ti, reconóceme, esta noche me ha tocado bailar y huele a rosas, olores que me envuelven en tus brazos, huele a bosque y vuelve a sonar la batuta del tiempo, nuestro tiempo que camina hacia sus propios ojos… Bailemos otro baile, amor, ya no tengo en la mirada lágrimas que lloren. Atardece y no tenemos prisa, abrimos las alas para volar…. Leer más