?»Para entonces no quedaba rastro de la bruma y pudieron ver claramente una grúa de carretera aparcada junto a un embarcadero destartalado. Al lado del vehículo había tres personas: dos hombres y un niño».
No tenía claro como hablarles de este libro de ocho relatos. Sigo sin saberlo. Creo que no voy a resumirles cada uno de los cuentos. Leánlos. Merece la pena.
Les voy a hablar de la sensación que a mí me ha dejado leer estos relatos: Primero, no saber quienes somos, ni quienes son nuestros vecinos. El hombre puede convertirse en cualquier cosa, piensas que la pareja de abajo son dos amables chiquillos con un perro pero pueden ser perfectamente unos espías que te miran leer noche tras noche «Bajo el influjo del cometa». Segundo, lo malo de tener animales es que se vuelvan vengativos o humanos. O lo malo de encontrarse una ballena varada en playa es que te cambia la vida aunque no lo sepas. Tercero, nunca sabes cómo vas a reaccionar cuando una desgracia sucede, ya sea ésta la desaparición de un niño o el paso de un cometa que te deja sin luz.
Porque el terror que tienen los relatos en su interior no viene de mounstros sino de nosotros mismos. Somos cualquiera de nosotros quienes podemos protagonizar cada uno de los ocho relatos. Se nos cruza un cable y la liamos o bien una situación nos pone al borde de la supervivencia y somos capaces de asaltar el supermercado de abajo cuando nunca lo haríamos. Leyendo a Bilbao he buscado mis fantasmas. No los he encontrado puesto que todavía no estoy en situación desesperada. Es algo que ya me pasó con Padres, hijos y primates. Tiene la habilidad de hablar de los fantasmas que habitan en el interior de sus personajes y hacerlos explotar. Incluso cuando el protagonista es un animal que se hace humano y se comporta como tal.
Lo inquietante de leerle es pensar en si ésto nos sucederá a nosotros: cómo reaccionaríamos ante una desgracia. ¿Seríamos capaces de seguir siendo civilizados en la desgracia? ¿Nos lanzaríamos como lobos a buscar en las casas de los vecinos, en los supermercados? Y no he podido dejar de pensar en la diferente reacción de los vecinos del terremoto de Japón y los de Lorca. Tal vez todo sea educacional. O no. Quizá en un momento de pura supervivencia, de no saber, también guardaríamos en la despensa todo lo que pudiésemos conseguir. Primero nosotros y después el resto. Me ha gustado meterme en la mente de sus protagonistas. Su modo de escribir. Sin ornato. Sin frases impactantes con el impacto de la historia bien trabada. ¿Les apetece?. Ya saben, una librería o una biblioteca. Estoy segura de qué lo disfrutarán.
Brisne
Colaboradora de Canal Literatura en la sección «Brisne Entre Libros«
CREO QUE ESE PLANTEAMIENTO QUE HACES DEL SER HUMANO ESTA BIEN
Amparo, lee el libro si puedes, sobre todo el