Desde un rincón solitario
vas despacio meditando,
tus labios están sellados
con el pensamiento vago.
En un lugar de ti mismo,
con fuerza vas comenzando,
a vivir esa gran lucha
de amor, distancia y trabajo.
¡Qué largos son los caminos!
¡Qué duros se hacen al paso!
Cuando caminas en ellos,
los ves distantes, lejanos,
y son largos ellos mismos
porque los cruzas luchando.
¿Cuántos más los surcarán?
¿Quién sabe por dónde y cuándo?
Ellos son, esos caminos del vivir,
¡largos, muy largos!
Caminantes, que cruzáis
el duro y largo camino de la vida.
¡Decid lo que deseáis!
aunque lo impida el destino.
Caminantes, que vagáis
solos por el sendero de la vida.
¡Decidme lo que pensáis!
y si os encontráis perdidos.
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Juan A Galisteo Luque
Blog del autor
Del libro: Café Boulevard.
Derechos registrados
Hola, Juan:
Este poema tuyo no lo conocía (creo, ya sabes que soy más despistada que un pulpo en el metro 🙂
Es muy sugerente y la rima es muy linda… Sí, Juan, los caminos de la Vida parecen largos y son más completos si encontramos en ellos a AMIGOS con los que compartir nuestro Pensar y nuestros deseos… Es fácil encontrarse perdido, ¡tantas veces! ¿verdad?
Un beso muy grande para los dos.
Muchas gracias Mar, hay momentos en que una buena amistad y una buena compañía, siempre ayuda a liberar de tu espalda la pesada carga de la mochila, amenizando el trayecto del camino tantas y tantas veces que nos encontramos perdidos.
Porque, ¡Somos todos arrieros!
Gracias por el comentario. Te envío un fuerte abrazo amiga.