El premio al final del camino.Duro Camino. Por Maria del Campo.

No tenía idea cómo, pero llegaría. Se tiró a la calle y cojeando, medio tambaleante, se subió a la primera micro que pasó, pagó y quedó debiendo el resto, «no importa», le dijo el conductor, «sólo quiero que sepa que el pasaje subió». Agradecido, se sentó con la pierna adolorida estirada, esperando que nadie pasara por sobre ella, a esa hora no había tanto movimiento en las calles, nadie tomaría la misma micro con el mismo destino… Le parecía entre cómico y trágico, ir en micro, pasando por tantos lugares conocidos y que le traían tan buenos recuerdos, y teniendo… Leer más

3. EL EMBRUJO DE SICILIA: MONDELLO. Por Francisco Arsis

Partimos con nuestras bicicletas cruzando de cabo a rabo la “Vía Bologni” hasta llegar al “Passo di Rigano”, haciendo un alto en el camino antes de dirigirnos al característico pueblo marinero de Mondello, famoso por su extensa y acogedora playa, además de habitual zona de descanso de los palermitanos más pudientes. Bertrand y Sophie, mis apreciados compañeros de viaje, tuvieron que esperar en aquella pequeña villa del Passo un buen rato, tras haberme dejado rezagado al no ser capaz de pedalear con la misma intensidad y fluidez que ellos. Ambos se rieron al contemplar mi asfixiado rostro, sacando incluso el… Leer más

Homenaje a los ochenta. Por Salvador Moreno Valencia

Corrían los chupitos como balas del infierno garganta abajo quemando nuestros esófagos con su endiablado destilado de agave, cuando sonaba, en el momento álgido de la noche, la canción que todos coreábamos: «El limite» del grupo de rock La Frontera. Nos identificábamos con aquellas letras por creernos, a esas horas, en las que los efectos del tequila nos habían transportado al limite del bien y del mal, al menos de lo que entendíamos como tal, cercanos a ese mundo que rompe las fronteras de lo cotidiano, por cotidiano mil veces más absurdo; el limite, como estar al filo de la… Leer más

2-EL EMBRUJO DE SICILIA: MONREALE . Por Francisco Arsis

Al día siguiente de haber conocido al matrimonio formado por Bertrand y Sophie, y tras un frugal aunque placentero desayuno, partimos los tres con nuestras flamantes bicicletas en dirección a Monreale, apenas situado a unos 8 kilómetros al suroeste de Palermo. Bertrand había propuesto que visitásemos no sólo aquel bello lugar rodeado de montañas, sino también, y a través de una ruta bien escogida, la no menos emblemática ciudad de Mondello, allí donde los palermitanos solían acudir a menudo para descansar del agotador bullicio de la capital. Aquellos simpáticos amigos franceses se hallaban en su tercer viaje a Sicilia, con… Leer más

EL EMBRUJO DE SICILIA. Por Francisco Arsis

Mi destino era Sicilia, isla evocadora de ensueños, allí donde Ulises navegó atravesando sus aguas, cuna de Pirandello y musa a la vez de otros tantos escritores de gran prestigio, desde Lampedusa hasta el poeta Quasimodo. Es tan hermosa que resulta imposible ignorarla, repleta de maravillas artísticas inigualables; impresionantes ciudades, como la bella Palermo, capaz de embrujarte sin remedio; como Siracusa y sus atrayentes ruinas grecorromanas, o la propia Ragusa, ciudad barroca por excelencia, que te embriaga y te transporta a una época en la que todos desearíamos estar presentes, como si de un auténtico viaje al pasado se tratase…. Leer más

LA HUÍDA. Por Francisco Arsis

Hoy siento que mi alma se rompe en pedazos. Todo aquello que un día construí, por lo que tanto luché, se ha derrumbando como un castillo de naipes. Mi vida carece de sentido en estos momentos, pero al menos nunca más volveré a mirar hacia atrás. Y sólo podré rehacerla huyendo de una vez por todas. Por el bien de mi hija, por las dos. Por ello, haré todo lo que esté en mi mano para que él no nos encuentre. Mi hija es lo más sagrado para mí en este mundo, y me siento responsable de ella. Juan no… Leer más

CRÓNICA DE UNA POSGUERRA. Por Francisco Arsis

Querida Marta: La guerra ha terminado. Ya no me importa de quién es la victoria. Lo importante es que nuestra patria ha despertado de su peor pesadilla. En las calles de Madrid todo son risas y alegrías. Puedo entenderlo, porque a fin de cuentas todos deseábamos el final de la guerra, fuera quien fuese el vencedor. Al menos, hoy la gran mayoría puede comer. Tendrías que ver a los soldados mezclados con la población civil, tomando su plato de sopa en plena calle. Hace apenas dos horas observaba cómo una anciana sorbía los restos de caldo con avidez, sujetando el… Leer más