Me limpien el plato, por favor. Por Guillermo Rodríguez
Eugenia bate los huevos, echa el azúcar, vierte la leche en un cazo y pone las ralladuras de limón. Cuando está caliente mezcla el contenido del bol con el del cazo y remueve lentamente. Entonces añade el veneno. Mientras las natillas se enfrían en la nevera, Eugenia hace limpieza por última vez. Le quita el polvo a las figurillas de porcelana, pasa la aspiradora y la fregona, e incluso limpia los cristales de las ventanas. Y todo mientras aguanta el terrible dolor en los dedos. Nunca fue guapa, por eso no sufre esa nostalgia que se tiene al perder la… Leer más