Poema del adiós. Por Marcelo Galliano

Hoy voy a despedirme. Como todas las cosas decir adiós conlleva su tiempo y su ritual, sabrás que en primavera florecen nuevas rosas, hay otras más tempranas… pero prosperan mal. Por eso me he tomado yo el tiempo necesario para decirte todo lo que pueda doler, y lo que ahora no diga será un vano rosario de cuentas y secretos que nadie va a creer. Adiós, entonces, dama… delicada y paciente, adiós hembra de noches de acalorado amar, ambas llevo en el alma, y ambas llevo en mi frente, y esas dos fueron una difícil de explicar. No creas que… Leer más

Jinete negro, Por Salvador Pliego

  Sobre la tierra se prende un jinete que corre. La luna desata sus manos y enseña navajas al estruendo de un duro galope. El berrido de sombras se desplaza para no desbocarse, y las amarras sujetan al corcel que se enfila en recta hacia la perene hondonada. Un relincho asecha a la noche. Sobre la montura, un crespón se levanta en bandera, y el polvo olfatea el abismo que al caballo le jala y alcanza. En el aire, las herraduras se crispan y caen como galopes en llamas, cuando, desde la noche, la luna desata sus manos y, mostrando… Leer más

Hilo de oro. Por Eloy Sánchez Rosillo

Une entre sí la luz todas las cosas con un hilo de oro. Y a mí mismo me incluye; me toma alegremente cada día y me hilvana con ellas. Lo puede ver cualquiera que se quede de vez en cuando a solas y con sosiego mire: no es el aire, es la luz la que nos suma a todos con el todo. El árbol me conoce, saben de mí la nube y la montaña, el gorrión, septiembre. Y yo los reconozco emocionado, y los dice mi boca. Formo parte del mundo y estoy vivo. Soy uno más, por suerte, en… Leer más

Cómo saber que piensas. Por Mirtha Rodríguez

  Como saber que piensas… si tu presencia, es siempre lejana. Como saber que piensas… si al hablarme, tomas distancia. Como saber que piensas… si tu mirada, me es siempre esquiva. Como saber que piensas… si quizás, aún me ves muy niña. Como saber que piensas… si demuestras, no darte cuenta de mi amor si cuando te hablo, debo decirte señor si siento que, tu también mueres de amor… si no logras animarte, si sientes mucho temor por el que dirán, por sentir este amor porque no logras olvidar… que soy tu alumna…y tú mi profesor. Mirtha Rodríguez Argentina Leer más

Más oscuro que la propia oscuridad. Por Fátima Ricón Silva

  El sonido de los truenos mecía su inquieto sueño que con el hondo crepitar de las sonoras gotas de vida acunaba una nueva tranquilidad.   Aspirar ese aire oscuro, lúgubre y ácido animaba su cuerpo inerte, que estaba tan muerto y árido que se hallaba frotando las manos la muerte.   Escondidos los sueños, ocultos tras la maleza, esperando alerta una señal, un ápice de esperanza para levantarse y comenzar a estirar de nuevo las piernas, a recuperar la conciencia, a unir la irrealidad invasora con la realidad defensora y vencer.   Volverás con música de truenos y fanfarrias…. Leer más

El chico más triste. Por María

Era el chico más triste del mundo. No era la suya una tristeza cualquiera, era esencial, profunda, firme. La tenía clavada a una memoria intemporal en el ADN que transportaba… Vivía solo en medio del barullo Corría por los acantilados entre el miedo y la esperanza Estudiaba asuntos de alta capacitación que no le interesaban nada Leía las «Noches blancas» y lloraba Rezaba a Nietzsche todas las noches Copiaba poemas de Cernuda y los lanzaba desde el balcón en forma de aviones Admiraba el vuelo libre de las gaviotas Lanzaba piedras al mar Envidiaba a los amantes que se besaban… Leer más