Me encanta, me encanta,
me encanta,
que Nicanor Parra sea premio Cervantes.
Un amante de la antipoesía (a mí me han criticado muchas veces de que lo mío no era poesía, suerte que soy libre).
Así que hoy, nos quedamos con un trocito de carne de prosa, que según él, es una línea convergente con la poesía.
Ella,
con sus aullidos,
seducía mis ojos de mirona excitada.
(Os juro que sólo los espiaba
cuando mi hermano la depilaba.)
Él había probado varias cuchillas, incluso una con olor a melocotón; pero ella sólo admitía la gillette para chicas.
A ser posible,
de color violeta.
Él andaba sobre su torrente de piel, con aquellas caricias de sensualidad recién nacida.
Y ella, se tendía boca arriba sobre una sábana de raso blanca,
dejando que su pelo rubio cayera a mares sobre la cama abierta,
mientras su dueño arañaba el aire con versos de adolescente tórrido y enamorado.
Sólo le depilaba la cabeza.
Una raya en la nuca.
Ancha,
para poder navegar dentro de su pensamiento.
Nunca entendí porqué cada mes,
el mismo día
y a la misma hora,
mi hermano depilaba a su gata.
yolandaconNicanor y todos esos poetas que expulsan el alma a chorros
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azucar»
Blog de la autora