Yo soy aquel que te escribió ese verso,
un perfume ya rancio, equivocado
que en puntillas retorna del pasado
para tal vez ajarte el labio terso.
Un átomo perdido al universo,
una pizca de viento ya cansado,
un pájaro ya viejo, acongojado,
sin alas ya por vendaval adverso.
No me recuerdas, no. Miro el destello
de luna que se anida en tu cabello
y te quiero tomar con vano alarde.
Siento un dedo de hielo en la mejilla
pintándome una lágrima amarilla
y tu voz que me dice que ya es tarde.
Marcelo Galliano
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