El adiós que nunca quise pronunciar. Por María Nieves Sánchez del Río

A las 16.00h de la tarde de un viernes cualquiera, podría llamarte y preguntarte si vas a volver. Quizá te diría que te echo de menos, y que dudo mucho que encuentre otros labios como los tuyos, que aún sigo enamorada de ti y que me ames como entonces.
Podría pedirte perdón por este tiempo de ausencia, por no estar preparada para enfrentarme a ti en general y a mis sentimientos hacia ti en particular. O quizá preguntarte si aún piensas en mí, si me cierras tu puerta para siempre o la dejas entreabierta.
También me gustaría ir a tu casa, sorprenderte y hacerte pensar. Sugerirte que ya no te acuerdas de lo que era hacerme el amor y recordártelo.
¿Sabes? Podría hacer todo esto y más. Se dice que si de verdad quieres a alguien, debes luchar y poner todas tus armas en combate. Pero sé respetar las decisiones, sé comprender el significado de un «Ya no te amo» y sé respetarte. Por eso no lo hago.
Así que aquí, hoy, te digo que me has hecho la persona más feliz del universo, que te voy a estar eternamente agradecida, y que espero que encuentres a otra chica que te haga el doble de feliz que yo, que no esté tan lejos de ti, que te dé unos Buenos días más dulces que los míos y que te cuente curiosidades más curiosas que las que te solía contar. Deja que te cuide y déjate cuidar, ama sus sonrisas y su aroma y no la descuides. Ante todo, te deseo lo que me has dado, pero multiplicado por 2.
Eres una buena persona, y mejor novio. Estaré aquí siempre aunque ahora no te lo esté demostrando, pero así te lo prometí un día.
Yo, aprenderé a vivir sin ti. Llegará un día en el que cambiaré el añorarte por recordarte y sonreír. Alguna que otra noche, abriré esa caja que te contiene, para encontrarme de frente contigo, y permitiré que se me escape alguna lágrima de pura nostalgia.
Pronto pasaré página y dejaré de escribir sobre ti, aparcaré el escuchar la música que nos unía, me volveré a enamorar y cogeré sin miedo el libro que le regalaste a la historia, para llenarla de expresión, y leeré.

Puede que ni leas ésto, hacía tiempo que mis escritos ya no te ayudaban a conocerme, pero te dejo estas palabras, que aunque te sorprendan, no pueden ser más sinceras, porque han brotado.

Y aquí derramo la última gota de miel…

María Nieves Sánchez del Río

Marcar el enlace permanente.

2 comentarios

  1. Una idea que me gusta, reconciliarse con lo que no depende de nosotros y aceptarlo quedandose con lo que nos deja de bueno.
    Algunas cosas como «que te cuente curiosidades m

  2. Muchas gracias Salom

No se admiten más comentarios