-En Bilbao, a donde quiera que se vaya o se venga,
siempre llegarás al Arenal y desde allí, al Café Boulevard-
(Don Miguel de Unamuno -1891-)
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Si Don Miguel de Unamuno,
gran filósofo y poeta,
pensador, de pluma inquieta,
el año noventa y uno
de aquel siglo diecinueve,
con un gesto que conmueve
por ser tan particular,
dejara en este lugar
escrito tan oportuno,
ninguno como él, ninguno,
describió tal realidad.
Porque es cierto, que a Bilbao,
cualquier viajero que venga,
es fácil que se entretenga
visitando el Arenal;
y aunque tenga que marchar
en su prisa inoportuna,
llevado por la fortuna
de tomar café a destiempo,
sin duda, al primer intento,
visitará el Boulevard.
Aunque no nací en Bilbao,
hoy, lo sentiré en mi entraña,
como se siente la vida
desde el interior del alma.
Soy poeta y quiero darle,
lo más grande, aunque me empaña,
un sentimiento profundo
de misterio y de nostalgia.
Hoy, al cruzar el paseo
del Arenal, esa plaza,
que antaño, otras huellas vivas
de tiempo sobre él, pisaran,
he cuestionado la vida,
y en verdad, no entiendo nada.
Si el gran Ortega y Gasset,
con su verbo, aquí dejara,
del pensamiento moderno
un pilar de la palabra,
así mismo, Blas de Otero
y Angela Figuera, daban
con su pluma, un gran legado
de poesía temprana.
He oido gemir al viento
y también llorar al agua,
lágrimas de sentimiento
que no fueron escuchadas.
Frases, de un tiempo lejano,
versos, que empiezan y acaban,
que nacen, viven y mueren,
entre signos de esperanza.
Aunque no nací en Bilbao,
hoy, lo sentiré en mi entraña,
como se siente la vida
desde el interior del alma.
Soy poeta y quiero darle,
lo más grande, mi «añoranza»
un sentimiento de dicha,
de recuerdo y de nostalgia.
Autor: Juan A Galisteo (Galeote)
Del poemario Romances en la penumbra.