Don Matías era comerciante de antigüedades. A él acudí en busca de un regalo de boda para mi amigo Ramón:
?Caballero, este no es un sillón orejero cualquiera, es el sillón de la sinceridad. Con él, su amigo podrá saber quiénes le aman verdaderamente y quiénes no ?exclamó don Matías, o más bien declamó con un tono cercano al histrionismo?. Los verdaderos amigos, los del alma, podrán pasar horas sentados en este sillón ofreciendo su amistad, cariño y apoyo a los recién casados. Los cínicos y oportunistas tendrán una rápida sensación de quemazón en el trasero y saldrán huyendo como alma que lleva el diablo. No lo dude, caballero, éste sillón tan especial es el mejor regalo de boda que usted pueda hacer… No se arrepentirá, confíe en mí ?me alentó don Matías con firmeza.
A la media hora ya tenía perfectamente empaquetado y dispuesto en mi baca mi original dádiva. Lo que nunca le conté a don Matías es que, en efecto, la sinceridad de aquel sillón acabó enseguida con mi escepticismo: la recién estrenada esposa de mi amigo Ramón salió corriendo como alma que lleva el diablo ?tal y como él mismo me contó?, cuando probó por primera vez aquel extraordinario asiento.
Villalba, 10 de octubre de 2009
Microrrelato finalista en noviembre de 2009 y publicado en la antología de microrrelatos: “Supervivencia” por la Editorial Fergutson.
Mar Solana
Blog de la autora
Pena, al idea es genial pero daba para un cuento mucho mas largo, se acaba con excesiva premura.
Era un concurso de microtextos Felix 🙂
Pues mat