Ellas. Por Katy Parra Carrillo

Las veía pasar casi todas las tardes
con la mirada atenta a los semáforos,
con sus viejos vaqueros
y su perro salchicha.
Maribel, siempre triste,
Aurora, como un soplo de luna perfumada.
Cruzaban por mi vida
sin saber que mis ojos se encendían para verlas,
procurando, tal vez, adivinar allí
el confuso milagro del amor.
Desde aquella ventana
esperé cada tarde su regreso.
Pero el destino, a veces,
nos arroja a su escombro sin decir hasta cuándo.

Ayer volví a encontrarme con Aurora.
Cruzaba la avenida
sin aquella fragancia creciente de la luna,
sin sonreír apenas, sin su perro,
sin mirar el semáforo,
sin esa dualidad, dulce y acompasada,
que le daba a su sombra Maribel.

Katy Parra Carrillo

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