Frutos de un mismo árbol, amarrado por raíces profundas e imbricadas a una tierra ancestral sabia y generosa; Árbol que, acariciado por la brisa o zarandeado por la tempestad, termina luciendo al sol, orgulloso, verde copa y blondas de tronco añejo y fuerte que lo mantiene erguido. Desde el caudal de lo soterrado se nutre y crece acercándose, cada vez más, al cielo en su linaje.
Los frutos caen, germinan, alimentan o se pudren.
Y es el azar premeditado quien decide que mano generosa recoge, planta y cuida, con amor, ese legado y nos rescata a todos del olvido en su memoria innata y nos devuelve el honor de ser fruto vivo de aquel que cayó maduro y cumplió su ciclo germinando.
La pequeñez de ser, inmensa e inabarcable, profunda sima insondable por los otros, también pequeños, diminutos, frágiles compañeros de aventura. Nadie elige, o quizá si, quien sabe… Juntos por un azar remoto e indescifrable. Sentimos la misma savia que nutre o envenena las entrañas y sin embargo somos adictos al roce, caricia o dolor que, la necesidad de lo nuestros, nos impone.
Ardua labor cuidar la cepa y las raíces… triste pesar dejar caer las hojas en otoño cuando no se percibe aún el olor a primavera.
Brujapiruja
Frutos. Por Brujapiruja
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Me parece muy bonito este peque
Hola Kaferucita, uno enlanza algunas palabara de vez en cuando pensando que tienen un significado personal.
Agradecerte la lectura y la percepci