Hoy domingo el día amaneció bastante fresco. Desde ayer rondaba por nuestro cielo a la altura de la sierra una tormenta que iba y venía, como es típico de Córdoba, sin que hasta el momento haya descargado el agua que tanto esperamos. La temperatura descendió unos pocos grados, suficientes para ayudarnos a superar este temible mes de septiembre en el que además de la vuelta al trabajo, al cole, a la crisis…etc, el calor no nos deja respirar.
Me levanto temprano y aprovecho este fresco día para continuar con la segunda parte de la Caricia de Tánatos que el trabajo diario me obligó a dejar a un lado.
Tras un intenso chute de café, me coloco delante del ordenador y al conectarme a internet descubro en Facebook (FB) el mensaje de una amiga. Leo el comunicado y sin esperarlo una sensación de hormigueo recorre el interior de mi cuerpo. Mis manos sudan y un intenso calor me sube por la espalda. El gusanillo de mi adicción a las galletas me impide abandonar el FB. Las galletas de la fortuna reclaman su dosis y yo, cual «yonqui», me dejo arrastrar sin voluntad. La última galleta me anunció una sorpresa y desde entonces no había abierto ninguna por miedo a que no fuera buena su premonición, pero hoy no puedo resistirme. El síndrome de abstinencia se apodera de mí y los síntomas físicos y psíquicos aparecen dominando mi frágil voluntad.
Impaciente, asustada y sin controlar mi adicción a este “juego” virtual acciono mediante mi ratón el enlace correspondiente y en menos de un segundo aparece: La oportunidad que esperas puede llegar en cualquier momento, presta atención.
¡Dios! Es aún mejor que la anterior. ¡Qué afortunada soy! Mi corazón se tranquiliza y mi pupila vuelve a su estado original.
La oportunidad que espero está detrás de la esquina. Me acecha para darse a conocer en cuestión de segundos, pero… debo prestar atención.
Atención, ¿a qué? ¿Dónde y cómo se manifestará? Y lo más interesante: ¿De qué oportunidad me habla?
María José Moreno
Blog de la autora
LA OPORTUNIDAD. Por María José Moreno
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Agradezco a Mercedes Martin el inter
Hola Mar
Gracias Brujapiruja por tu bienvenida. Me encanta tu nombre. A mi hija le suelo decir que es una brujapiruja. Es una palabra que utilizo con frecuencia.
Besos
Mar