En La Trasfomación de Kafka nos encontramos con una alegoría de lo que es un bicho raro. Quizá el propio Kafka se sentía un tanto como Gregor Samsa, fuera de la vida familiar y laboral. Leyéndolo como alegoría de su vida Samsa se nos presenta como un bicho que no encuentra su lugar en el mundo. Noches sin dormir, intentando aferrarse al escritorio como parte de su vida el pobre Samsa acaba muriendo despreciado por la sociedad y su familia. ¿Realmente se sentía así? ¿Fuera de todo, escribiendo por las noches y trabajando por el día? En sus primeras entradas de sus diarios señala que le es costoso seguir con los dos trabajos. A Felice Bauer le escribe diciéndole que necesita encerrarse por las noches como un muerto para poder desarrollar su trabajo de escritor. Samsa vive de noche, marcando con sus patas su habitación quizá como Kafka arrastra su escritura nocturna.
Es un relato trístisimo en el que las lágrimas se derraman de modo abundante, la madre y la hermana lloran por Gregor Samsa, a veces hasta nosotros lloramos por él por su desgracia, por el dolor que arrastra una trasformación en un repugnante bicho que ni siquiera es capaz de expresar su dolor. ¿Es eso una alegoría de lo que un escritor siente? Es muy posible.
Seguiré con Frank Kafka, quizá el próximo sea la condena. Ya veremos.
Blog de la autora.