He descubierto un método para eliminar tristezas. Antes, se me acumulaban los borrones y, algunas veces, ni veía. Es que yo tacho mucho; y luego pasa lo que pasa: que se me cargan los ojos y se me escurre el rimel. Con este mecanismo, suprimo de un plumazo lo que me duele, lo que me escuece, lo que no soporto, lo que me crispa el ánimo…; además es muy fácil de usar. Con un lápiz de punta fina escribes en un papel todo aquello de lo que quieres desprenderte. Procura que no te tiemble el pulso; no hay vuelta atrás. Una vez que lo tengas, lo dejas reposar unos minutos, no sea que se te cuele un clavo que no es de nadie y, sin querer, mandes a un amigo a pintar farolas. Luego, sujetas el papel por una punta, como si fuera un pestilente calamar, te vas al baño, haces una bola y al water. Enseguida notarás que la espalda se endereza, que desaparecen las arrugas y que igual te apetece conectar música y bailar en el salón
No dejes que las piedras te rompan los bolsillos, ni acumules tachones en tu cuaderno. Dispones de todas las hojas que necesites para que tu vida luzca impecable. Y si no, tiras el cuaderno entero y te compras otro…
Como decía mi madre: “Más se perdió en la guerra”.
Mercedes Martín Alfaya
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Las hojas limpias. Por Mercedes Martín Alfaya
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Besillos, Mar. Y que el cuaderno sea de tapa dura y con dibujos(para que proteja bien el interior y se haga agradable a la vista).
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