Una caja fuerte tras una puerta escondida. Varias cajas, perlas, anillos, medallas, cadenas, poco valor sonante para tanta seguridad.
Al abrir las cajitas, una a una, observando esos recuerdos, se me iba encogiendo el corazón con la ternura y la sorpresa de un descubrimiento inesperado.
Allí estaban todos los juegos que durante años le llevé por su cumpleaños, guardados con esmero, en sus estuches, uno encima de otro. Juegos de pluma y bolígrafos con un bonito diseño y entregados con cariño, pero de poquísimo valor material.
No esperaba encontrar ningún tesoro, pero encontré algo especial para mí. Un regalo cargado de emoción en su joyero.
No sé si quiso mandarme algún mensaje, pero sea como fuere, prendido en mi corazón lo llevo.
Brujapiruja
Las mamis siguen sorprendiendo y emocionando aunque ya no esten eh Murcianica??, puedo imaginarte sorprendiendote con ese descubrimiento. Ella dej