Mentiras sobre la deuda, el déficit y el despilfarro. Por Santiago Tracón

Según datos de la BBC:

La deuda de España asciende a 1,9 trillones de euros, lo que equivale a 41.336 euros por habitante. Supone el 67% del PIB. A quien más le debemos es a los bancos de Alemania, Francia, Reino Unido y EEUU, por este orden.

La deuda de Alemania es de 4,2 trillones de euros, lo que equivale a 50.659 euros por habitante. Supone el 83% de su PIB. Sus principales acreedores son Francia, EEUU, Reino Unido y Japón.

La deuda de Francia asciende a 4,2 trillones de euros, lo que equivale a 66.508 euros por habitante. Supone el 87% de su PIB.

De la deuda española, el 23,8% corresponde a deuda del Estado (central, comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos); el resto es deuda privada. La principal deuda privada es la de las empresas y los bancos (más del doble que la del Estado).

El problema de la deuda, por tanto, no es más grave que el que pueda tener Francia, Alemania o el Reino Unido. Tampoco reside en el déficit público, sino principalmente en el endeudamiento de los bancos y las empresas. Es aquí donde nos diferenciamos de Europa (casi 50 puntos por encima de la media europea).

¿Qué podemos deducir de estos datos?

-Que aquí el mayor problema son los bancos y las empresas.

-Que son los bancos y las empresas los que se han endeudado sin control, creando un agujero financiero descomunal.

-Que si hablamos de déficit, despilfarro y mala gestión (eufemismos), los principales despilfarradores, malos gestores y pésimos empresarios son los responsables de los bancos y las grandes empresas de nuestro país, que tienen nombre y apellidos.

-Que no pueden ser ellos, por tanto, los que nos salven de una crisis de la que son responsables directos, y que lo único que buscan es camuflar su responsabilidad, diluirla, echarle la culpa de todo al Estado y de paso recuperar sus beneficios sin pagar coste alguno.

-Que la crisis no la hemos provocado ni los funcionarios del Estado, ni las cuentas de la Seguridad Social, ni las Pensiones, ni la Sanidad Pública, ni la Educación Pública, ni las Infraestructuras del Estado, ni la Administración, aunque en todo esto haya abusos que deban cortarse de raíz.

-Que el mayor problema del funcionamiento de la Administración ha sido y es la corrupción, no la mala gestión ni el despilfarro. Que los principales causantes de la corrupción son precisamente los empresarios y banqueros corruptos.

-Que gran parte de la deuda pública se solucionaría con que los corruptos devolvieran el dinero robado y que las grandes empresas, fortunas y bancos pagaran sus impuestos y no defraudaran al Estado, pues el mayor agujero fiscal proviene del fraude, no de pequeños empresarios o trabajadores, sino de esas grandes empresas y bancos.

-Que no se puede entender cómo en este país no haya ningún gran banquero o empresario arruinado, en la cárcel o acusado, sino recibiendo «indemnizaciones» (!¡) multimillonarias. Que aquí no haya quebrado un solo banco, frente a los 239 bancos que han quebrado en EEUU desde 2008. Ni siquiera aquí funciona la lógica capitalista de la competencia y eso de que, quien la hace mal, la paga.

Y para acabar, otra reflexión:

El PP ha ganado las elecciones por mayoría absoluta, pero esto no es más que otro eufemismo. El dato importante es que ha obtenido un 30% de apoyo de la población, pero que no lo ha recibido del 70% restante que, o se lo ha dado a otros partidos o se ha abstenido. La abstención es en su mayoría desconfianza, asco, rechazo desesperado; sólo en un pequeño porcentaje significa desidia o desinterés.

Una democracia que ignore la verdad elemental que se deduce de todo lo que he expuesto, a saber, que la gran mayoría está sometida a las mentiras, abusos, robo y humillación de una minoría, esa democracia, tarde o temprano, dejará de funcionar, y entonces volveremos a reinventar la guerra, adopte ésta la forma que adopte, y sean quienes sean los enemigos.

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Santiago Tracón
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