Mi vecina, la reina del castillo de al lado. Por Coscobil Fernández

Tengo un Castillo a orillas del mar y justo al lado del mío hay otro – exactamente igual, suele estar ocupado por mi vecina que como yo es Reina. Somos. Reinas de nuestro, pasado, presente y con pretensiones de reinar en nuestro futuro. Además gobernamos en un reino donde derrochamos, Buen Hacer, Buena voluntad y mucha comprensión. Esos son nuestros estatutos y procuramos cumplirlos.

Las Reinas siempre solemos tener un Castillo para retirarnos o recluirnos para poner en orden nuestras vidas porque es muy duro reinar en un imperio tan grande como el nuestro y de vez en cuando tenemos que aislarnos.

Para recorrer ese extenso reino para realizar nuestras funciones siempre nos solemos poner el mismo traje un traje confeccionado con mucho cuidado y con mucha meticulosidad porque nos tiene que servir para todas las ocasiones y siempre acorde en todas las circunstancias.

El mes pasado un mensajero me trajo la noticia que la Reina del Castillo de al lado estaba ahí desde hacía unos días. Engalané mi coche preferido el de los caballos de ilusión y partí veloz a verla, para que me contara el porqué de éste retiro.

Nos saludamos con un fuerte abrazo y como presente de bienvenida nos entregamos un trocito de nuestro corazón anudado con un gran lazo rosa, Eso lo cuidamos mucho. Elegimos siempre ese color por ser muy femenino y por ser el símbolo del amor.

Le pregunté cual era el motivo de éste retiro, como he comentado solemos retirarnos por motivos diferente. Ella me dijo que tenía que recomponer su traje de reinado. Me explico con todo detalle todas sus peripecias y comprendí perfectamente como se le habia hecho trizas. Estaba un tanto preocupada pues era una tarea muy laboriosa la que tenía que realizar para recomponerlo, además me comentó que quería añadirle algún detalle ya que se había sentido incómoda en algún momento por no estar vestida a la altura de las circunstancias. Muy interesada le pregunté como quería desarrollar todo aquél trabajo, pues me quedé muy intrigada, quería saber. Que era lo que le quería añadir a su vestido, su vestido era de los más ricos y bonitos de todas las Reinas que yo conocía.

Entramos a su sala de costura repleta de botones para abrochar amores perdidos y de cintas de mil colores para atar a todos sus seres queridos y ahí en medio de la habitación estaba su hermoso y esplendido traje. Noté que ya lo tenía bastante reconstruido, tenía algún zurcido hecho con la seda que había sacado de su alma. Solo Las Reinas podemos apreciar ese tipo de composturas Para mí estaba perfecto y no entendía donde había fallado con el ¿Qué le añadiría? Ese vestido estaba repleto de un brocado y pedrería estupenda

Ella me explico que después de mucho meditar había notado que a su traje le faltaba un diamante de amor por cada cinco sinsabores, tres zafiros de buen oficio por cada día del año, le bordaría una hoja de inspiración y otra a su lado de locura, le pondría un zafiro de risas acompañado de otro de ironía, Le cosería doce perlas de emociones junto a dos granates uno de penas y otro de olvido, también le bordaría una flor de recuerdos y otra de realidad , tenía pensado rematar todo el escote con perlas de emociones, fantasía y de razón y por último lo refrescaría con un perfume especial hecho con dos litros de lágrimas.

Me quedé toda convencida y segura de que lo haría despacio pero eso sí le quedaría perfecto. La próxima visita que le haga lo tendrá totalmente terminado y lucirá con él radiante como siempre.

Me costó mucho separarme de ella, pero ya sabéis que Las Reinas tenemos muchas cosas que hacer y yo me tengo que poner mi traje para hacer un viaje a un pueblo que está empeñado en renegar y olvidar mi reino. Por escabroso y difícil que es el camino y lo dura que será la batalla para convencerlo de que es imprescindible que no se separe de éste territorio de amor. Tengo la certeza de que mi traje quedará destrozado .Pero estoy tranquila. Tengo el consuelo de que mi vecina “La Reina del Castillo de al lado” siempre me dejará su aguja de ilusión y su hilo de constancia para poder repararlo y me aconsejará que pedrería o bordados tengo que añadirle para poder vencer mejor mis batallas.

Coscobil Fernández

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4 comentarios

  1. Me ha encantado. Esos bordados de locura, amor, emociones, etc….son preciosos.

  2. Yo tengo mi castillo en mi cocina d

  3. Cristina

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