No quedaban libros, ni personas que los escribieran. Se quedaron atrapados en una inmensa maraña de megas, bits y redes. Lo llamaban internet.
No quedaban libros. Los E-books los amontonaban en guetos antes de ser deportados para su exterminio. El sol ya no salía por la cantidad de humo que desprendían las hogueras.
No quedaban libros. La gente corrió en avalancha para comprarlos todos. En apenas unos meses, destronados por el libro digital, triplicarían su valor como auténticas perlas.
No quedaban libros. Los habían empaquetado y envasado los Triturators Papelis, una nueva raza que poblaba la tierra…eran su alimento principal.
No quedaban libros. Sólo ambientes vacios. Todos los personajes de las historias consiguieron escapar y ahora vagaban por el mundo sobre un aura fantasmal.
No quedaban apenas libros. Tampoco papel para imprimirlos. La tierra se había convertido en unas enormes fauces de dragón y los bosques en eriales. ¿Sería capaz la humanidad de custodiar los pocos libros que aun permanecían, in secula seculorum?
Mar Solana
Blog de la autora
Tambi
Relato hermoso y nost
Muchas gracias por vuestros comentarios, compa