Resultados de búsqueda por: Juana Cortés Amunarriz

Preludios. Por Juana Cortés Amunarriz

Decir “te quiero” es trivial. “Te necesito”, deprimente. “Te deseo”, pretencioso. ¿Por qué me quieres? ¿Para qué me necesitas? ¿En qué consiste tu deseo? No todo son frases hechas y una vida predecible. Me gusta hurgar, mirar debajo de las camas, correr las cortinas de los baños ajenos y observar qué tipo de champú se utiliza en cada casa. Yo te quiero, aunque sea un misterio de dónde nace este sentimiento. Quizás se trate únicamente de una jugarreta química que me lleva a ti, zombi, por los pasillos. Y te necesito, sobre todo para levantarme y mirar a la mujer… Leer más

Acostumbrada. Por Juana Cortés Amunarriz

Acostumbrada, por buena educación y por complejos, a ignorar el grito de mi coño, la humedad entre los pechos, acostumbrada a sonreír apretando las piernas, apretando el corazón y el sueño, apretando el deseo que surge sin pudor en las esquinas en el momento impredecible, apretando los labios para no decir lo que no debo, lo que no interesa y nadie quiere oír, por si las moscas, mudo el coño, mudo los pechos, mudo el corazón abotargado, acostumbrada te decía a la hipocresía, se me ha muerto el animal que llevo dentro. Juana Cortés Amunarriz Blog de la autora Leer más

Ignorancia. Por Juana Cortés Amunarriz

Mi mujer no sabía que me habían echado de mi último trabajo y que algunas noches, cuando ella creía que me iba a la fábrica, me dejaba caer por el hotel Roxy por si a alguno de los mandamases que paraba por allí se le ocurría hacerme algún encargo que aliviara el vacío de mis miserables bolsillos. Aquel tipo de cabello lacio y trajes de raya diplomática, al que para mi sorpresa había visto cruzar el hall del hotel agarrado de la cintura de mi esposa, desconocía mi naturaleza posesiva y celosa -ni siquiera reparó en el brillo diabólico de… Leer más

Cansancio. Por Juana Cortés Amunarriz

Que se detenga el mundo, que cesen los sonidos dañinos que rompen mi cabeza. Que cese el paso acelerado, la catarata de imágenes que entra por mis ojos, el atropello de efectos y causas, que hay que interpretar con intuición y sabiduría para no enloquecer en este mundo que gira hacia la nada arrastrando el vacío de las bocas, el vacío las manos. Sólo nos queda alimentarnos de metáforas encerrarnos bajo un caparazón de silencio, imaginando una quietud de nieve y hielo en la que invernar. Dormir, el sueño en el que se detiene el mundo. El mundo quieto hasta… Leer más