Quisiera no querer quererte tanto
pero quiero quererte, aunque me duela.
Si pudiese quererte con cautela
no sería tan grande mi quebranto.
Si al menos fuera dura como un canto
o tuviera la rueda de la espuela…
si pudiera escapar de tu candela
o expulsar de mi vida tanto llanto.
Pero es necesario este tormento.
No pienso renunciar a esta ceguera
que me da y que me quita el aliento.
Yo busco que te abrases en mi hoguera.
Y más allá de todo sufrimiento,
ser tu tierra, tu mundo y su frontera.
Ana Mª Tomás Olivares
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