Posponer la promesa de la muerte
sin siquiera saber de la otra vida,
es quedarme contigo sin quererte
comparar con ninguna otra partida.
Ésa es la fe: relegar el presente
a cambio del gran luego y su quimera,
apostar en la hípica el cociente
al único caballo de madera.
Por escogerme entre tus pretendientes
y aún no mirar atrás… pago esta cena.
Si por seguir conmigo entre tus dientes
no te pintas los labios y te fugas:
pon a mi corazón esta cadena
que me ata a tu vejez y tus arrugas.
Jcle