Esta vez no lo dejaría escapar… En el equipaje no cabía la parsimonia, sólo alguna duda mal doblada y unos cuantos temores dando tumbos en una maleta casi vacía. No dio tiempo a colocar bien la pena, los últimos moretones y el hombro dislocado; el monstruo del puño cerrado llegaría en cualquier momento y debía ser rápida, sí… El olvido le prestó algunos peldaños y, sin mirar atrás, se encaramó a aquel vagón tapizado de esperanzas. “Número de asiento: ‘libertad infinita’… Destino: ‘Vida Nueva’… Hora prevista de llegada: ‘sin determinar’…”. Fundió el último eslabón que la amarraba al dolor con las lágrimas del deseo y se dejó mecer en la fugaz melodía del movimiento; otro comienzo se ensanchaba en el horizonte, como las vías de aquel tren.
Mar Solana
Blog de la autora
Precioso Mar. bellas y dulces palabras para expresar tan doloroso presente s
Al menos ella, tuvo la suerte de poder coger a tiempo ese tren sin retorno, con v
Muy bien,Mar,es un maravilloso micro sobre un gesto de valent
Un estupendo micro de prosa po
Hola, amigos:
Much
Les escribo desde argentina…nosotros pasamos ya muchas veces por situaciones en las que cre