«Y aunque no me hacía demasiado caso , no me importaba. Sentía tanto amor que podía prescindir del suyo»
Martín Garzo nos presenta en esta, su ultima novela, una bonita historia de amor increíble como todo lo que el nos cuenta. Una historia de amor entre un hombre y una garza, algo que tal vez no lleguemos a creernos, lógicamente. Pero es que la lógica no tiene nada que ver en las novelas de Martín Garzo. Son cuentos fantásticos, como aquellos que nos contaban las abuelas al calor del hogar y en ese sentido, somos capaces perfectamente de imaginarnos una garza que se transforma en humana y que se enamora de un hombre, y capaces también de imaginarnos como esa garza alumbra un niño, un niño conectado con el aire, de tal modo que en algún momento se hace garza.
Es una novela maravillosa y maravillosamente contada. Su prosa enamora, como siempre, ese modo de decir las cosas y esas reflexiones sobre amores imposibles todavía. Amores que nos hablan de otra vida, mucho mas cerca del aire y del campo que las que vivimos en ciudades ruidosas. ¿A que nadie puede imaginarse un coche que se transforme en hombre? Claro que no, pero no podemos dejar de soñar con osos o asnos que se convierten en bellos príncipes.
He recuperado un poco mi infancia, y esos cuentos donde los asnos son príncipes y los cisnes, princesas.
Lean, recuperen su infancia y sus cuentos. Los cuentos también son necesarios para vivir. Y a todos nos gusta en cierto modo sentirnos niños, deslumbrarnos con esas historias increíbles pero tan bien contadas que creemos a pies juntillas lo que nos cuentan, es una sensación maravillosa, me encanta haberla recuperado.
Como dice la reseña, vivan la fantasía y sueñen la realidad.
Brisne
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