Regresó al atardecer, me extendió su mano fría
La palidez de su rostro, me conmovió…mucho sufría
Mis pensamientos… volaban, cual paloma herida
Mi dolor… aún permanece, cuando se marchó, aquel día.
Voló, tras otro amor… libre, como una golondrina
Sin suponer, quizá… que todo, terminaría…
Tengo aún presente, el dolor en mi alma herida
Sin pensar, que mi amor…un día, regresaría.
No necesitamos hablar… tomé, sus manos frías
Su rostro trasmitía… lo que aún, sentía
El brillo de sus ojos, sus manos con las mías
Mi cuerpo estremecido… no sabía de razón, solo sentía.
Nos abrazamos, muy fuerte, nuestro corazón… ardía
Mi gran amor, ha regresado… otra vez, a mi vida
Con cristales rotos en su alma, se percibía
Nada más importa, él regresó a mí… tras su cobardía.