Una estrella fugaz le iluminó su mente.
El episodio que contemplaba, sin demasiada atención, de la serie CSI se lo puso en bandeja. Se levantó y con rapidez se dirigió al despacho.
–¿Dónde vas? –preguntó su mujer.
–Voy a buscar una cosa en internet que olvidé mirar esta tarde en la oficina y que necesito para mañana.
La mujer, medio adormilada en el sillón, le recriminó que cada vez estuviera más enganchado a internet.
Abrió el ordenador y buscó Tiendas de espías. Al instante obtuvo páginas y páginas. Ticó en la primera: tiendadeespias.com. Los ojos le bailaban al comprobar la cantidad de artilugios que se ofrecían: Visor nocturno, reloj espía, botón espía, pinganillo, micrófono de pared, osito cámara…; con curiosidad entraba en todos ellos para ver que eran capaces de realizar hasta que dio con el que solucionaría su problema. La última adquisición, según rezaba el titular y además en oferta de lanzamiento. Por tan sólo 81,25€ podía hacerse con un SemenSPY Deluxe, que según indicaban “ ofrecía un método para localizar o discriminar manchas sospechosas que de otro modo podrían ser invisibles a simple vista. Mediante el uso de la luz UV SemenSPY ®, le ayudará a excluir prendas o artículos en los no se han detectado la presencia de fluidos”. Pulsó la tecla Comprar ahora y respiró. Una sonrisa de satisfacción iluminó su rostro. ¡Por fin la iba a pillar!
–Hola cariño, aprovecho que mi marido se ha puesto con el internet para desearte buenas noches –dijo susurrando por el teléfono móvil–. Hoy lo he pasado muy bien contigo, ha sido maravilloso. ¿Sabes? Cuando hacía la cama después de marcharte las sábanas olían a ti; estoy deseando acostarme para sentirte de nuevo.
–Bueno, ya he terminado –dijo el marido eufórico mientras regresaba al salón.
La mujer, sorprendida de que volviera tan pronto musitó antes de apagar el teléfono:
–Te dejo Macarena que ya viene. Un besito con lengua. Chao.
©MJ Moreno
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