Una manzana para la sed. De Rodolfo Puig Barber

El libro
Edgar, con trece años y mucha fantasía en la cabeza, tiene que aceptar el final de una infancia mágica al lado de su hermana. Eva, cinco años mayor que el chico, tenía sólo ocho cuando su madre le encomendó todos los cuidados del niño. El contacto diario en la intimidad de la alcoba, el candor de la chiquilla descubriéndole el mundo sensual y el florecer de sus cuerpos a la adolescencia les llevaron gradualmente a libidinosas prácticas difíciles de erradicar.
Eva, para rehacer su vida según las convenciones sociales, decide marcharse un año al extranjero. También Edgar debe alejarse de ilusiones imposibles —le insiste su hermana—, y relegar al pasado aquellas prácticas que nunca debieron haber empezado.
La noche anterior al éxodo de Eva, con el propósito de mitigar la tristeza que la inminente renuncia a su mundo vaya a producirles, sellan un pacto por el que ambos, a partir de entonces, se obligarán a encontrar la parte placentera de toda acción que realicen.
Edgar, dolorido por la separación y hostigado por el mandato fraterno de rechazar la esperanza, se impone el deber de cumplir rigurosamente el conjuro. Concentrándose en el presente para olvidar el futuro y relegar el pasado, consigue sublimar y deleitarse en cada uno de los cinco sentidos. Con denodado esfuerzo logra gozar desde la cotidiana práctica de cepillarse los dientes hasta presenciar la agonía de su abuela.
Las convenciones sociales, la enrevesada crónica familiar, la disyuntiva entre el hedonismo y la proscrita ilusión, el trasfondo de la esperanza y un sustancioso conglomerado de criterios amigos, enfrentan al sentido común con los sentimientos del joven protagonista y le arrastran a un desenlace tan imprevisible como sorprendente.
Una historia transgresoramente romántica que a nadie deja indiferente.

El autor

Rodolfo Puig Barber nació en 1941 en la ciudad de Sabadell. A su pesar, fue aleccionado para servir a la industria textil, optando sin embargo por la rama que más le permitiría ahondar en el conocimiento humano. Con su divisa mercantilesca recorrió media Europa y media docena de países árabes. En 1975 cambió el maletín y la corbata por la cámara fotográfica, y se refugió en Formentera. Cansado de la placidez de la pequeña isla, lió sus bártulos y marchó al frío Benasque.

Después de veintiséis años de vida pirenaica, regresó a Barcelona para estudiar psicología y narrativa, y dedicarse plenamente a la escritura.

Además de Una manzana para la sed es autor de varios relatos, algunos de ellos publicados en Canal Literatura, de Boomerang, nueve relatos malditos y de La estupidez como atenuante, su segunda novela.

Más información del libro.

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4 comentarios

  1. me encantaria leer los libros de Rodolfo , un amigo ..pero la literatura no es facil………os dejo mi correo por si especialmente el , que como persona me interesa ……………..besos , solo para ti amigo ,

  2. ya quedan menos , ayer uno menos , el boter se esta vaciando …………tal veztro lo llenaran …….no se tal vez………….

  3. tal vez………….tal vez…………..

  4. Margarita, tus mensajes encriptados me desconciertan, con lo f

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