La luz del navío se aleja al esfumarse entre las olas
y no puedo más alcanzarla en mi delirio.
Las cosas nunca más serán como antes fueron,
los relojes aceleran su rotación impaciente.
En mi camino no existe sitio para el reposo del guerrero,
debo continuar aunque necesite luchar contra mi cuerpo.
Esta es una batalla desigual contra un péndulo de arena,
si parto ahora te perderé en medio de la bruma,
si permanezco inmóvil me tragará la tierra.
No atrases entonces tu llegada antes que me vaya,
ni vengas para dejarme del lado oscuro de la luna.
Ya me sobra poco tiempo, te lo digo.
Iben Xavier
Iben, me ha llegado tu poema, Saludos.