Miguel Hernández fue un escritor nacido en 1910 en Orihuela, en plena huerta del Segura. Su pertenencia a una familia humilde condicionaría toda su vida y obra. De hecho, la dedicación de su padre al pastoreo de cabras, le llevó a ejercer esa labor desde temprana edad permitiéndole pasar muchas horas en contacto con la naturaleza.
Hay un enorme contraste entre la temprana poesía de este autor y sus últimas composiciones. Al comienzo, para destacar, aplica temas novedosos como la huerta y los animales, con un estilo simple y un vocabulario bastante rebuscado. Mientras que en sus últimos poemas, los temas son mucho más personales, mostrando una evolución y un compromiso social, hablando principalmente del amor, la muerte y la guerra, temas más tradicionales.
En sus primeros poemas, elaborados a partir de 1924 como un hombre joven e idealista, se ve claramente reflejada su ambición por destacar e innovar. El ambiente y el sentimiento que movieron los inicios poéticos de Miguel Hernández lo encontramos ya, prefigurado, en la poesía de Gabriel y Galán quien desarrollará un papel muy relevante en la obra de nuestro poeta. Así, todos los componentes básicos de la emoción típica de Miguel Hernández (como el pastor en su paisaje, la solidaridad expresada con ternura, el dramatismo, la mención a la naturalidad del pueblo, etc.) aparecen en fragmentos poéticos del citado autor Gabriel y Galán. También, el uso del lenguaje popular, que fue muy novedoso en el primer Miguel Hernández, procede de Gabriel y Galán. Nuestro autor leía con mucha frecuencia a este otro, al igual que a Ramón Sijé, quien más tarde sería su amigo, por lo que se vio influenciado principalmente por ellos dos.
Hernández pretendió, en todo momento, innovar con su obra pero en sus comienzos esto no fue factible debido a su inexperiencia como autor. Quiso impresionar desde el principio pero no obtuvo el resultado deseado. Una importante característica de la poesía de este autor es que, para conseguir una mayor complejidad en sus primeras composiciones, intentaba emplear un vocabulario muy rebuscado.
La poesía referente a los paisajes y a la naturaleza ha existido siempre. Encontramos poemas de estos temas con bastante frecuencia, pero Miguel enfoca esta temática más específicamente hacia la huerta y el entorno que lo rodea (animales, plantas…). Conoce a la perfección el entorno en el que vive, la vegetación de su zona. Esto lo refleja en sus versos con numerosas menciones de diversos árboles y plantas.
Tras un primer viaje a Madrid en busca de oportunidades como poeta, experimentó una renovación de sus ideas literarias. Empleaba un registro más elevado, que contrastaba con su humilde posición social. Escribía una poesía hermética y de sintaxis compleja y rebuscada. Todo esto queda bien reflejado en los poemas de Perito en lunas. Poco a poco, fue consiguiendo una técnica más depurada y controlada, elevando el nivel de lo cotidiano y vulgar. Honra las cosas más sencillas de su alrededor, haciendo que el campo y la huerta adquieran un papel admirable.
En algunos de los poemas sueltos que escribió en su primera etapa, se ve muy bien reflejada esta intención innovadora a través de la naturaleza y, más concretamente, la huerta. En Lagarto, mosca, grillo… se ven temas novedosos y, un estilo y una métrica poco complejos debido a su inexperiencia. En este poema da su visión acerca de estos seres de la naturaleza:
Lagarto, mosca, grillo, reptil, sapo, asquerosos
seres, para mi alma sois hermosos.
Porque Iris, señala
con su regio pincel,
vuestra sonora ala
y vuestra agreste piel.
Porque, por vuestra boca venenosa y satánica,
fluyen notas habidas en la siringa pánica.
Y porque todo es armonía y belleza
en la naturaleza.
Día armónico es otro poema en el que habla de las aves que cantan y vuelan en el cielo:
Hoy el día es un colegio
musical.
Más de un trillón
de aves, cantan la lección
de armonía que el egregio
profesor Sol les señala
desde su sillón cobalto;
y dan vueltas en lo alto
con un libro abierto: el ala.
En este poema menciona el Sol, el sol radiante de la huerta en la que vive.
En Pastoril vemos también elementos característicos como: río transparente, ganado, cordero, tierra,…
Otro poema innovador es ¡En mi barraquica! en el que destaca el vocabulario panocho que emplea el autor para inundar al lector en una esencia huertana.
Por otra parte, en el poemario Perito en lunas vemos una enorme capacidad imaginativa, un vocabulario más culto y unas complejas imágenes; cualidades que en parte adquiere de lecturas gongorinas del siglo XVII. Además, un rasgo vanguardista que destaca en este poemario es la complejidad de algunas composiciones, haciendo más dificultoso descifrar el significado de estas. El autor adapta perfectamente todos estos rasgos al entorno en el que vive.
A medida que el autor va evolucionando, comienza a incorporar el tema del amor a sus poemas. Un claro ejemplo de esto lo vemos en el poema Mis ojos sin tus ojos no son ojos:
Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas varios
intratables espinos a manojos.
Emplea temas más tradicionales y populares con los que denuncia determinados aspectos de la sociedad. Estos temas son el amor, la muerte, guerra,… Empieza a tratar estos temas más tarde debido a que es a partir del comienzo de la guerra civil cuando comienza a verse realmente involucrado en todos estos.
En su siguiente poemario, El rayo que no cesa, se demuestra mayor equilibrio y coherencia, combinado esto con una clara temática amorosa (aceptando que el amor es la condena del hombre), y mostrando una gran viveza expresiva con poderosas imágenes y símbolos como el toro, el fuego o el rayo. También hay que destacar que por primera vez el autor se encuentra en una crisis de identidad, en la que se implica mediante sus sentimientos amorosos y sus fuertes sentimientos políticos (que se verán más claramente marcados en Viento del pueblo).
Mostrándose cada vez más, el problema político y social se expresa en poemas diversos. Un ejemplo de ello es Por una senda van los hortelanos:
Por una senda van lo hortelanos,
que es la sagrada hora del regreso,
con la sangre injuriada por el peso
de inviernos, primaveras y veranos.
Vienen de los esfuerzos sobrehumanos
y van a la canción, y van al beso,
y van dejando por el aire impreso
un olor de herramientas y de manos.
En estos versos vemos como se hace referencia al sufrimiento de un pueblo oprimido. Miguel Hernández empieza a mostrar preocupación por temas sociopolíticos desarrollando una vida más involucrada. Muestra una visión trágica de la sociedad. También en Sonreídme escribe unos versos muy representativos, donde vemos de nuevo ese afán por manifestarse:
[…] porque para calmar nuestra desesperación de toros castigados
habremos de agruparnos oceánicamente.
Por otra parte, seguimos viendo como el tema amoroso queda reflejado en poemas como ¿No cesará este rayo que me habita?:
¿No cesara este rayo que me habita
el corazón de exasperadas fieras
y de fraguas coléricas y herreras
donde el metal más fresco se marchita?
¿No cesará esta terca estalactita
de cultivar sus duras cabelleras
como espadas y rígidas hogueras
hacia mi corazón que muge y grita?
Aquí se aprecia como el autor expresa un sentimiento de desesperación por acabar con el sufrimiento que el verdadero amor genera en él. Se cuestiona por qué debe pasar por eso en lugar de hacer que el amor sea un camino hacia la felicidad.
En Viento del pueblo vemos a un Hernández optimista, entusiasta y esperanzador, mientras que en El hombre acecha todos estos sentimientos se agotan y muestran un Miguel desilusionado, agotado y consumido por el rencor, las cárceles y las numerosas muertes injustificadas. Los temas en este poemario contrastan la solidaridad con la burocracia, el abuso con la justicia y, la opresión con la libertad. Con poemas como Llamo a los poetas involucra a todos los poetas de la época para unirse y actuar, como única esperanza de salir adelante:
Alberti, Altolaguirre, Cernuda, Prados, Garfias,
Machado, Juan Ramón, León Felipe, Aparicio,
Oliver, Plaja, hablemos de aquello a que aspiramos:
por lo que enloquecemos lentamente.
Este es un llamado a todos los poetas para que se unan contra las injusticias.
Poco a poco, tras todas sus experiencias, ya sean amorosas, muertes o guerras, se crea en el autor un sentimiento de aislamiento. Un conjunto de factores influyentes en la vida del poeta hicieron que se creara en él una reclusión en sí mismo. Algunos de estos factores fueron la derrota en la Guerra Civil, la condena a pena de muerte (de la que finalmente se salvaría), la muerte de su hijo, las enfermedades que padeció en sus últimos años en las cárceles, y especialmente el distanciamiento de su círculo familiar y amistoso, lo que produjo en él la culminación de su decadencia.
Después de todo lo visto, podemos concluir que Miguel Hernández fue un poeta que evolucionó de una poesía innovadora e idealista, hacia una poesía más tradicional y personal con la que expresó sus sentimientos acerca de la guerra, de la muerte y del amor.