Tanto tiempo en este lugar me hace pensar que el final está cerca. Lo intuyo. No puedo explicar por qué, pero de alguna manera lo presiento. (más…)
No sé si el mundo tiene más imbéciles o más cabrones, pero está claro que Hank lleva razón y que los dos abundan. A los capullos nos toca siempre y nada nos redime. (más…)
Esta es noche de perros. Perros como yo. Yo no ladro, pero muerdo. Venid, venid a por mí. (más…)
Cuando la supervisora de celda ha entrado con sigilo para decirme que tengo derecho a un último deseo, me he reído como una loca y le he enseñado los dientes. Ha corrido hacia la salida espantada; es humana y por eso su miedo es ilimitado. (más…)
¡Por fin en la calle! Hace tres días que no he salido para nada, atrapado en casa por esa atmósfera densa y viciada propiciada por la maraña de ideas que pululan en mi cabeza. (más…)
Un volante, una carretera. Un volante, una carretera. Un volante, una carretera. Y en el fondo del camino, un despertador que suena.
Cerró la puerta con suavidad y se miró al espejo. Y sí, se vio ciertamente atractiva. Se le fue colocando la angustia en la garganta y la imagen fue emborronándose, hasta que las lágrimas, sucias de maquillaje, empezaron a caer, despacio, sin ruido. (más…)
¿Sabés mamá? Hoy me siento aliviada porque creo que empecé a perdonarte. Fue hace un ratito nomás. Parece que vomité al monstruo, a ese monstruo que me metiste adentro, como una astilla de plomo, aquel día de enero cuando aparecí asquerosamente por ese asqueroso lugar que vos tenías entre las piernas.
Como yo mamá, igual que yo. (más…)
—Dos, tres de cada diez, esos son los resultados que se están obteniendo en los últimos años, no son estupendos, pero menos es nada, usted me ha pedido la verdad, lo siendo. Esa es la verdad. (más…)
Llego pronto. Ella me espera, sentada en el sofá, leyendo un libro. Eso me incomoda profundamente. Odio llegar y encontrarla enfrascada en la lectura, o escribiendo, con esos ojos con que me mira y que no son de este mundo. (más…)