42- Ocaso de los bardos. Por EUGENIO N.

Me habló una tarde,
cuando el sol se ponía.
No recordó que en el ocaso,
soy sordo.
Yo solo escucho al sol que finge morir,
oigo el tenue resplandor de las gaviotas.
Una ola se afana en susurrar su canto,
¡SOY SORDO!
les grito a todos.
Si el sol se muere, tan sólo un poco.
Para qué hablar,
si es un instante de luto por la luz,
de la agonía lejana de poetas,
de las promesas de amantes sepultos.
¡SOY SORDO, HE DICHO!
Hagan silencio por amistad;
con los que se han ido,
con los que no llegan,
con los que no tuvieron mar.
Pero no hablen, por favor,
NO HABLEN.

2 comentarios

  1. En líneas generales me gustó, sobre todo algunos versos del principio.

  2. Juan Ballarín

    Pues rompo el silencio y hablo. Discrepo de Bobdylan de nuevo. No me ha gustado el poema, entre otras cosas está mal puntuado y al margen de ese detalle, que bien podría no tener importancia, no me ha gustado la idea que expresas. ¿Cómo le va a gustar el silencio a quien usa la palabra para llegar hasta los demás?.

    Te voto con un dos.

    Soy Juan Ballarín y mi poema es el nº 105. Te estaría muy agradecido su pasaras a leerlo y dejaras allí tu opinión aunque sea crítica (no importa que la crítica sea dura si encuentras que no te gusta el poema, pues es la mejor manera de aprender y mejorar, lo que si ruego es que sea una crítica razonada).

    Un saludo cordial y suerte en el concurso.

No se admiten más comentarios