Hoy voy a ser yo esa pluma que escriba sobre tu cuerpo. Comenzando por tu frente y en la senda hasta tu cuello, voy a dejar un romance, espinelas y sonetos. Bajaré poquito a poco, por el negro de tu pelo y en tus ojos color miel, he de dejar serventesios. Convertiré en color blanco, el dorado tan intenso, que tu cuero va prestando, haciendo un segundo eterno y estas rimas en tus poros, harán el momento nuestro. Sigue mi pluma valiente, por tu rostro descendiendo y hace un descanso en tu boca, brasas puras del infierno, para dejar en tus labios, caricias de dos tercetos encadenados que duermen, abrazados a tus besos. Siguen bajando mis rimas, por el cañón de tus pechos y cruzando una llanura, en tu ombligo se perdieron. Tan solo les queda un palmo, por descubrir ese cielo, que es el vergel de tu limbo, un oasis del desierto, para encontrarse con Venus, pues en su monte durmiendo, hace de él, vivo volcán, presta llama del averno y en su lava quedará de cenizas un cuarteto. A partir de este lugar, se separa en dos senderos, este papel verjurado, de suave color trigueño. Son tus muslos los que anhelan, que quede en ellos mi celo, impreso con ese ritmo, que da mi pluma a tu aliento. Marca el final del camino, que comenzó en tu cabello, tu ante pierna y sus tobillos, que sirven como granero, dando al caminar descanso y descanso a este deseo, que tiene mi brava tinta de estremecerse en tu cuerpo. Acabose este romance, rendido en tus pies traviesos, no se encuentran ya coplillas, ni liras, ni los quintetos, tan solo quedó el poeta y tu cuerpo con sus versos. ...
Leer másHay angustia en los colores del mundo. Una angustia que no se percibe a simple vista, pues la angustia es un matiz cuya longitud de onda no capta el ojo humano, mas se advierte en la forma en que el azul o el verde el ocre, el rojo, el gris o el amarillo pululan sobre él como viscosos ejércitos de larvas. Hay un nudo azul cielo prendido en la garganta del mundo y un despiadado sol enquistado en sus tripas. Si uno se acerca al mundo demasiado hasta sus flores muerden como perros...
Leer másHa bastado un correo en la bandeja de entrada, y comprobar su remitente. Ha bastado esa luz, ese ingrediente para desentrañar tanta madeja. Ha abierto los candados de mi reja y ha calmado mi sed como una fuente esa carta electrónica, eficiente llevándose el silencio que me aqueja. Un golpe de ratón, y en la pantalla palabras que han salido de tus manos con ternura y pasión, hasta las mías. Y, como aquél que gana una batalla, los ecos de tu voz, aunque lejanos, han sembrado mis ojos de...
Leer másSucede a apenas horas. Violenta remembranza y… entre la soledad y el aislamiento; antes que los ladridos llega el miedo. Ruinosa resistencia de quien queda indefenso, cercado por la jauría de perros que es mi amor cuando te vas. Revueltos contra mí, y sin qué darles, ¡en qué estado estaré cuando regreses! La espera ha ennegrecido el tiempo. Mi destrucción comienza en mi memoria. Exhausto, repudio mi incontenible rabia: la sensación de odio hacia mi amor ya me confunde. Apenas unas horas, ¡Qué ambivalencia justa me divide! Qué sentimiento odiar o amar, ven pronto. ...
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