Cuando Calado despertó, la cama en la que resucitaba parecía un intestino grueso. Se sintió deglutido y altrapado en las entrañas de un entramado de sábanas, mantas y almohadas húmedas y anudadas, como un alimento que no se termina de digerir.
Cuando Calado despertó, la cama en la que resucitaba parecía un intestino grueso. Se sintió deglutido y altrapado en las entrañas de un entramado de sábanas, mantas y almohadas húmedas y anudadas, como un alimento que no se termina de digerir.