Apenas la intuición
Despertar supone siempre, Las intenciones iniciales
una sorpresa desagradable, se desmenuzan intangibles.
como cualquier acto terrenal El cuerpo fuera de su dominio
que nos exponga al desconcierto desobedece indiferente.
y nos corone vulnerables. Mientras más lo intento,
Empujado por algo indefinido, más me hundo
el principio organizador se pierde y la tranquilidad me aprisiona,
entre la vigilia y el sueño, disfrutando casi el momento.
entre una plenitud que me desarma Los párpados vuelven a ceder,
y una parálisis emancipadora. quedo resignado a una mística privada,
casi obscena.