186- A tientas. Por Dumas

A tientas

 

Llegaste a mí dulcemente,
asaltándome por la espalda cuando estaba distraída.
Como llegan las primeras flores,
tras una larga noche de invierno.

Un intenso sueño se apoderó de mí,
de todas las partes de mi cuerpo, indefenso.
La mente se quedó también dormida
disfrutando de un sueño profundo, que se antoja interminable.

Sólo colores vivos veo en mi camino,
prados infinitos repletos de sol con árboles frondosos
llenos de sombra fresca.
Flores pequeñas, discretas y valientes
que sólo viven un día para dar paso a otras más bellas todavía.

Cien pozos de agua dulce donde me sumerjo
para estirarme libremente.
Y en cada recodo del camino, apareces tu
contundente, sano, reventando de vida.

Te brilla la piel, como si tuvieras luz por dentro.
Mi cabeza se acomoda entre tus manos
y siento que vuelvo a nacer.

Te sigo a tientas porque sé que voy segura.
No tengo miedo del fuego al que me acercas
porque quemándome, me cuentas qué es la vida.

No siento más que placer y valor,
aunque alguna que otra agujeta
me atenaza el corazón cuando no estás.

Deseo como nunca respirarte, colocarte entre mis brazos
y llevarte así conmigo hasta ese sueño
del que no puedo despertar.

Enseñarte los nuevos brotes de cosquillas
que me han salido a la altura del estómago,
las salpicaduras de alegría
que me manchan indiscretas todo el cuerpo.

Las bombillas de luz cálida que me anidan la cabeza,
el deseo imparable de apoyar tu boca en la mía;
la necesidad de colarme en tus ojos,
grandes como el cielo, constantes como el mar.

Llegaste a mí -decía-
trayéndome en tu saco cien cartas de amor,
recogidas por azar en algún lugar
que no sabía que existiera.

Y es allí adonde voy en mi sueño cada noche,
cuando cierro los ojos y te veo,
y cuando los abro, sin poder desprenderme de ti.

Viajo sin billete de regreso a un lugar desconocido
del que no se si podré volver, ni si querré.

Tu mano me guía sabiamente,
y no tengo miedo de perderme.
Me dejo llevar sin poder soltarme,
de esta antorcha de vida de la que voy colgada.
 
 

 

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