Tres poemas para ella
- DÉJAME TOCARTE
Déjame tocarte con mis palabras al viento
mientras abres la cortina y tu pecho toma asiento.
Deja que mis palabras
acaricien tu cabello,
bajen por tu espalda y te mesan, como en un ensueño;
y entren en ti con sus bandadas de gorriones
para dejar entre tu cuello sus más bellas canciones!
Deja que mis palabras
entren en ti lentamente,
mientras contemplas la lluvia, añorándote, fuertemente.
¡Déjalas entrar en lo más íntimo de tu Ser!
Para que mis lluviosos deseos
entre los susurros del viento
sacien la sed de tus flores olvidadas.
Cuando tus pechos bondadosos
reverdezcan la ventana
y madure para mí, el beso en tu mirada.
- NOS CONOCEREMOS
Nos conoceremos lentamente, como se conocen las cosas buenas,
como el ave va conociendo, fuera de su nido, su vereda
todo un mundo conociendo, para que allá en el cerrero vado
la noche nos encuentre fundidos, sin habernos siquiera tocado.
Nos conoceremos seguramente, agitado el primer roce
para traspasar armados mundos, la tormenta y los goces
cuando entre ti se deslice suave como la seda mi congoja
y desaparezca eternamente, en el jardín de nuestra historia.
Nos conoceremos así, de pronto, como las miradas que se anhelan
mutuamente conociendo, después de la mascarada mistérica,
coqueteando en el burbujeante vino del mutuo y voraz gusto
hasta emerger a la espumosa marea del corazón y su mundo.
Nos conoceremos como la llama que crece, allende de lo cierto
en la ribera que aviva a la fantasía con el viento.
Allí nuevamente, te verás joven como la aurora
y tu plateado semblante no conocerá fin en mi memoria.
Y la noche nos encontrará fundidos, sin habernos tocado siquiera.
- MUJER. (SON POPULAR)
Pero qué mujer bonita
es usted le escribo,
parece una mamasita
que espera su papasito.
Espera su papasito
como a la sangre las venas,
un hombre que la merezca
que le haga borrar las penas.
¡Qué bello culo que tienes!
Te lo debo confesar
Pareces la yegua grande
paseándose en el portal.
Me encanta cómo caminas
con tus caderas meneándote.
Tan ancha es esa figura
que aquí me ves alabándote.
Pero qué mujer bonita
es usted aquí le escribo,
parece una mamasita
que espera su papasito.