203- Tres poemas para ella. Por Nezahualcoyotl

Tres poemas para ella

 

  1. DÉJAME TOCARTE

 

Déjame tocarte con mis palabras al viento

mientras abres la cortina y tu pecho toma asiento.

Deja que mis palabras

acaricien tu cabello,

bajen por tu espalda y te mesan, como en un ensueño;

y entren en ti con sus bandadas de gorriones

para dejar entre tu cuello sus más bellas canciones!

 

Deja que mis palabras

entren en ti lentamente,

mientras contemplas la lluvia, añorándote, fuertemente.

 

¡Déjalas entrar en lo más íntimo de tu Ser!

 

Para que mis lluviosos deseos

entre los susurros del viento

sacien la sed de tus flores olvidadas.

 

Cuando tus pechos bondadosos

reverdezcan la ventana

y madure para mí, el beso en tu mirada.

 

 

  1. NOS CONOCEREMOS

 

Nos conoceremos lentamente, como se conocen las cosas buenas,

como el ave va conociendo, fuera de su nido, su vereda

todo un mundo conociendo, para que allá en el cerrero vado

la noche nos encuentre fundidos, sin habernos siquiera tocado.

Nos conoceremos seguramente, agitado el primer roce

para traspasar armados mundos, la tormenta y los goces

cuando entre ti se deslice suave como la seda mi congoja

y desaparezca eternamente, en el jardín de nuestra historia.

 

Nos conoceremos así, de pronto, como las miradas que se anhelan

mutuamente conociendo, después de la mascarada mistérica,

coqueteando en el burbujeante vino del mutuo y voraz gusto

hasta emerger a la espumosa marea del corazón y su mundo.

Nos conoceremos como la llama que crece, allende de lo cierto

en la ribera que aviva a la fantasía con el viento.

Allí nuevamente, te verás joven como la aurora

y tu plateado semblante no conocerá fin en mi memoria.

 

Y la noche nos encontrará fundidos, sin habernos tocado siquiera.

 

  1. MUJER. (SON POPULAR)

 

Pero qué mujer bonita

es usted le escribo,

parece una mamasita

que espera su papasito.

 

Espera su papasito

como a la sangre las venas,

un hombre que la merezca

que le haga borrar las penas.

¡Qué bello culo que tienes!

Te lo debo confesar

Pareces la yegua grande

paseándose en el portal.

 

Me encanta cómo caminas

con tus caderas meneándote.

Tan ancha es esa figura

que aquí me ves alabándote.

 

Pero qué mujer bonita

es usted aquí le escribo,

parece una mamasita

que espera su papasito.

 

 

 

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