A mí cuerpo que pide ser vida
Cae el plomo en la espalda
Como bala hidráulica
misma, que llamamos rocío:
Cae, bajo el pelo;
Se hace estrías
Se hace ríos
sobre el cuerpo
y el pelo tapiz sombrío.
¿Qué busca la espalda
tapando la marcha del destino?
¿Quiere, tristemente, ser agua
o regresar a su geo rocío?
¿Busca repetir el insaciable rito
mientras que el agua, surge, penetra?
Quiere el torso alto,
Mismo que traigo conmigo,
Volver a ser tierra viva
Donde retoñan flores verdes
y el ombligo, las piernas y testículos
floripondios, jacarandas y aguacates;
Pasto azul, que solo obedece al sonido.
Quieren, pues, mis pies poner en marcha
la tempestad, apresurada e insana
de volver a ser vida; y no cuerpo vacío
Quiere mi espalda, ser raíz que nutra
a ése torrente sanguíneo,
y nutrirse del agua que cae,
como la que cae de esta regadera.
Y que acabe este verso
dónde hablo de mi propio destino.