220- Suicidio. Por Nick Drake

Suicidio

 

No sé cómo describir, esos acordes
acústicos, tristes, depresivos
como aquellos que descubren un día que
mejor no vivir a morir
en un espiral de vacío interminable, sonrosada luna.

Verde, encuentran un camino, se tumban en la hierba
cierran sus ojos, azul, los abren a las estrellas
beben, ríen sus lágrimas, inesperadas, acaramelado
deseo, despertar sin la opresión de sus miedos
desbrozan, sus irrefrenables ansias, de vivir, verdeazuladas
y saltan de la cama, abren sus pulmones a una bocanada
de humo, de ruidos ensordecedores
de civilización, anodina
motores, competitividad, susceptible egocentrismo,
o a la intrascendente levedad, del bienestar
y sin embargo
en ese caos confuso e irreversible
tocan con las yemas de sus sentimientos
amapolas deshojadas, olor a hierba segada, flores de magnolia
amarillentas, marchitas algunas, por la indiferencia, las acarician
y las lanzan al viento, madreselva y piano, juegan con la brisa cálida
de las estaciones, de un mediterráneo
húmedo
acogedor
y moldean con ellas, muñecos de nieve, pinochos mentirosos
con nariz de zanahoria, anaranjada por atardecer, juegan al escondite
con luciérnagas que huyeron
de la noche
más oscura
que un día de luz artificial, asfalto y calles desoladas,
sol
clave de fa
bemol sostenido
do circunspecto
re que te bellas sonrisas, contagiosas, las suyas
brazos
abiertos
al cierzo
al norte
de su dulzura, que les salva, les protege, les
despierta del letargo de la fría urbe, aforme
aroma a chocolate deshecho, a té con limón, olor a

hogar de abrazos sinceros.

Separo con mis manos, el humo, la neblina
el ruido ensordecedor, mis prejuicios, mis años, mis objetivos medibles
los besos que jamás di, por miedo, por estupidez
las pasiones adormecidas, el amor que jamás lo fue,
mis quizás, mis tal vez, mis cómo hubiera sido si
y recojo
antes de reencontrarme, como cada noche, con mis sueños imposibles
el sonido acústico de sus voces
la tristeza de sus alegres ojos
la fuerza indestructible de sus ilusiones
y el cariño interminable

de mis hijos.

 

 

 

7 comentarios

  1. Y hablando de añoranzas y dulces recuerdos, desde un concierto de tres guitarras al «aire libre» en Música als Parcs, una cuestión, aunque de repente han pasado unos años, ¿alguién sabe algo de Hilda/Ígnea, de Anele, del Gran Adriano, de Marco Aureli@ o de aquel infame Ingeniero…? ¿quizás sabe algo Karma o Sixto o Epicuro o….?. En fin, si no, tampoco pasa nada, me vino ese aroma de buenos recuerdos, pues fueron momentos de letras creativas y llenas de sentimientos. Un fuerte abrazo para ellos, en donde quiera que estén y larga Vida a Poemas Sin Rostro.

    • Sixto Rodríguez

      Qué tal Nick, y te faltó Ave Fénix; qué será de esos sin rostro -los que aún no se conocen-; buenos recuerdos, bella experiencia, pura nostalgía, y el anhelo de compartir un café -o una cerveza- en cualquier parte.

      Los viejos «sin rostro» nunca mueren… ja ja ja

      • Los viejos «sin rostro» estamos siempre por aquí Nick, Sixto, y tantos otros que disfrutamos de estos reencuentros ignotos.
        Ojalá llegue el momento de ese café o la cervecita, allí estaré.
        Otro fuerte abrazo para todos, donde quiera que estéis.

      • ¡Eyy Sixto, que estuve sin cobertura!, extraño estatus hoy en día jaja e igual lo esté a partir del jueves por los Vietnames. Pues ¡me alegra mucho el reencuentro!, cierto y Ave Fénix…, aunque precisamente algunos me dicen que soy conocido por renacer de mis cenizas o por ser un fugitivo volador, etérea metamorfosis. Pero ¿cómo lo hacemos para la cervecita…? jaja, que veo que Hera se apunta también. Aunque desde tierras lejanas, espero ir siguiendo ese goteo de lluvia fresca que dejas sobre los Poetas Sin Rostro y que demuestra que la poesía va más allá de los rostros y de la materia, evanescente. Fuerte abrazo y seguimos en contacto.

  2. jaja pero qué bueno. Amig@s de Canal Literatura, les propongo que fichen a este Desconocido con mayúsculas, para que endulce con su-Sugar, las amarguras o las saladuras de los Sin Rostro. Seguimos reencontrándonos, Abrazos Sinceros.

  3. Sixto Rodríguez

    Veo en tus versos un paisaje interior que va desde la desilusión, pasa por la nostalgia y el ensueño, y desemboca en el arrollo -esencial- de la esperanza. En otro sentido, en el texto hay algunas descripciones de las que -en mi modesta opinión- puedes prescindir en favor de las imágenes poéticas; esto, es sólo una sugerencia:

    «No sé cómo describir, esos acordes (…) depresivos
    en un espiral de vacío interminable, sonrosada luna».

    Esta imagen con que inicias -es acústica- y resume muy bien
    ese paisaje interior que desarrollas en el resto del poema.

    A partir del verso: «hogar de brazos sinceros», da la impresión que se iniciara un segundo poema bien definido de principio a fin -con un tono más reflexivo- y que me ha gustado mucho.

    Nick Drake, colega cantautor, dicen que te fuiste, pero no: aquí estás… Un abrazo…

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