El príncipe desterrado.
Soy quien nace del polvo.
Soy el aire puro de la mañana.
Soy el olor a tierra mojada por el rocío.
Soy quien está lejos,
de todo aquello que demuestra modernidad.
Vivo con la gente
que ve sus sueños
más allá del horizonte.
Que siente. Ríe y llora. Con pasión.
Soy el que llega
a la ciudad como campesino
que se asombra
con la normalidad de ésta.
Guardo en mi interior
todo lo nuevo
que de una u otra forma ya he visto.
Aprendo. Hablo. Pregunto.
Y se ríen de mí.
Ingenuidad.
Humillado
Por mí
Ignorancia
Restriegan
Su sabiduría.
Continúo
En silencio
En soledad
Con insistencia
Aprendiendo cosas que ya creo saber.
Me destaco
No me transformo
En uno más.
Porque sé que no formo parte.
Soy diferente
Y miro
Desde ese punto de vista.
No escondo mi pasado
No me avergüenzo de él
Eso me hace pensar
Diferente.
Todo está en contra
Las puertas del olimpo se abren
cuando pronuncio mi nombre.
Los mortales dicen ser mis amigos,
pero no lo son.
Yo soy
el príncipe desterrado
que vuelve a su reino
y desde aquí cambiarlo todo.
(Como una mañana de rocío en los brazos de mi abuela.)
