Cáscaras
Pasa ella en fragancia virginal
y el pulso de él acelera
al descubrirla
doblar la esquina, ensimismada
prístina ensoñación.
Abordarla como fuere, reto del juego
respirar su propio aire
entrecortarlo.
Distraída espera, mueca torva
desidia y quijada arrogante
navaja apretada que ebulle en el bolsillo.
Rutina de estruendo
y un gozo sólo, el de él
el indecible.
Ella, dolor de inocencia
línea roja baja desde el cuello.
Gritos, ella, apagados
bestiales, él, vaivenes
sexo macho.
Luego baldío
cuerpo
bolsa
todo en uno.
Televisor encendido corrobora titular
cómo se llamó,
qué edad tenía.