28- Recuerdos de la Pampa. Por Robin

Recuerdos de la Pampa

 

La planicie, herida por la vereda,

en religioso silencio;

la bicicleta, apoyada en la acacia,

que aguardaba;

el hogar luminoso y tranquilo,

respirando paz;

el mate a cualquier hora,

la “factura”, que mata el capricho,

el “Fernet”, que mata tristezas;

la ferretería, interminable,

donde había de todo,

incluso pájaros cantores

(¿querés un matesito, gallego?);

los “carros”, cada sábado, en fila,

recorriendo las calles del pueblo,

como una forma de distracción;

el inmenso árbol de la plaza;

las largas charlas sentados

a la puerta de José, en su “palacio”

(así llaman allí a la casa),

compartiendo bombilla;

el ternero añojo engordado

con yerba, trébol y maíz,

asado con su cuero,

de dulce sabor inmejorable;

el pueblo con cine más cercano

a tan solo una hora por carretera;

el adiós del enorme autobús

que en esas tierras llaman micro…

Allí conocí a una muchacha

decididamente relinda,

que en el jardín de su casa

me regalaba primaveras

junto al espejo de la pileta;

que cuando se hacía de noche

dejaba abierta la ventana

de su apacible pieza

para que la mullida cama

se le llenara de estrellas;

que no había demonio,

por muy poderoso que fuese,

que pudiera resistir

el calor de su sonrisa;

que cuando caminaba

por la interminable llanura,

el polvoriento camino

que no va a ninguna parte

pero lleva a todas las estancias

se volvía mullida alfombra

ante su femenino paso,

y los caballos la seguían,

aunque de lejos, discretamente,

por no incordiar su paz…

Para mi gozo hasta el fin,

yo conocí a una muchacha,

hermosa mujer de la Pampa,

madre por sobre todo,

que era tan buena de alma

que ignoraba que hubiera

otra manera de ser…

 

 

 

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Un comentario

  1. Hermosímo!! Este es uno de esos poemas que deleita; permite al lector visualizar esos detalles cálidos preñados de añoranza, de memoria.
    Como el murmullo de un surtidor que brota dulce y fluye, así de melodioso me ha calado este poema, encandilada, por y desde esa Pampa y el alma poeta que la retrata.

    Mi aplauso. Un abrazo.

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